6 de febrero de 2014

La ONU denuncia las torturas y el abuso que sufren los niños en Siria


Por si no fuera suficiente con el caos, la muerte y la destrucción que viven a su alrededor desde que comenzase el conflicto bélico, hace casi tres años, los menores sirios son utilizados como soldados y escudos entre las filas rebeldes y torturados en los calabozos del régimen de Bachar al Asad. Al menos, así lo denuncia Naciones Unidas en un informe para los Derechos de los Niños difundido ayer, en el que relata el sufrimiento «inenarrable» de los pequeños y que precisa que el Gobierno ha sido responsable de incontables asesinatos y mutilaciones a los chavales, mientras que la fuerzas insurgentes les han reclutado y empleado para tácticas terroristas en zonas civiles.
 
 
Los autores del texto, que acusan a las dos partes enfrentadas en la guerra civil de graves crímenes contra los niños, parten de la base de que entre las más de 130.000 víctimas mortales de la contienda, hay, al menos, 10.000 menores.
El documento, que cubre el período que va entre el 1 de marzo de 2011 y el 15 de noviembre de 2013, enumera los horrores que los pequeños han sufrido durante este tiempo, desde abusos directos, incluida violencia sexual, hasta violaciones más generales de sus derechos, como el cierre de escuelas y la denegación de acceso de ayuda humanitaria. Unas actuaciones que el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, reclamó que «deben terminar ya», por lo que instó a los dos bandos a «adoptar, sin demora, todas las medidas posibles para proteger y respetar los derechos de todos los chavales de Siria».
 
El empleo de niños soldado fue comprobado solo entre los opositores, pero las tropas del régimen son responsables de la muerte de muchos críos debido a su guerra sin contemplaciones, indica el informe de 18 páginas. Asimismo, menores de edad son torturados en las cárceles gubernamentales. Escuelas y hospitales han sido convertidos en calabozos que no cumplen «siquiera con los estándares mínimos», añade el texto de Naciones Unidas. 
 
Misiones de alto riesgo.  
 
Los milicianos insurgentes entrenan a varones de 12 años en el uso de armas para hacerlos combatir o usarlos de centinelas. Otros, son usados como contrabandistas o cocineros, mientras que a algunos les hacen limpiar armas, transportar munición o enterrar muertos. También se emplean niñas para, por ejemplo, hacer llegar medicamentos a la frontera, «una tarea con un alto riesgo», concluye el documento. 
Por otra parte, las tropas del Ejecutivo, al parecer, tomaron en numerosas ocasiones a civiles -entre ellos menores- como rehenes para pedir la rendición a los rebeldes. De lo contrario, amenazaron con matar a los menores. 
También mujeres y niños fueron usados como escudos humanos durante las ofensivas del Ejército. En Homs, los soldados sacaron a alumnos de la escuela y luego avisaron con altavoces de que los opositores no debían disparar porque tenían a los chavales en su poder. 
El análisis también pone de relieve las desapariciones de muchos pequeños y denuncia que están sometidos a un alto nivel de estrés por haber sido testigos de la muerte de miembros de sus familias y conocidos o por haberse visto separados de sus parientes o desplazados de su hogar.

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